En el vasto universo que nos rodea, una fuerza omnipresente se entrelaza con todo lo que existe. Esa fuerza es la energía, una entidad ininterrumpida que fluye a través de cada ser, cada objeto, cada molécula. Las cosas vivas, en particular, son fuentes ricas de esta energía, irradiando vibraciones que pueden ser sentidas, canalizadas y, en algunos casos, colectadas. Sin embargo, es fundamental entender que recolectar energía de seres vivos debe hacerse con el máximo respeto y cuidado. No es simplemente tomar lo que uno desea, sino entender y honrar la fuente de esa energía.
También es esencial comprender que no todas las energías vibran a las mismas frecuencias. Algunas son suaves y calmantes, mientras que otras son intensas y apasionadas. Pero hay un tipo de energía que es especialmente intrigante: la que nos atrae hacia lo mágico. Esta energía es el "llamado", esa inquietud que sientes cuando algo mágico te seduce, invitándote a sumergirte en sus misterios. Es un susurro que se convierte en un grito, un anhelo que se vuelve imposible de ignorar.
Y así, con ese deseo de conectarse con lo mágico, presento el siguiente ensalmo:
**El llamado**
Llamo con respeto a los primeros espíritus de la tierra, para que guíen a un hijo de la tierra que necesita de su sabiduría.
Te llamo a ti viejo ambulante del bosque, se presente aquí.
Te llamo a ti.
Te llamo a ti hijos del viento que llevan las voces del tiempo.
Te llamo a ti.
Te llamo a ti sabia madre mar y sus criaturas.
Te llamo a ti.
Para que dejes en mí una semilla de tus dones y me vuelva un guardián de tu cuerpo.
Declarado.
Que este ensalmo sirva como un puente entre nosotros y las energías mágicas que nos rodean, y que al recitarlo, podamos acercarnos un paso más a entender los misterios del universo.
Sand Declert
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